¡Ya somos Bananas! nos convertimos en La Platanera, na Illa de Arousa la pasada semana mientras Andrea pasaba con la rasqueta y tinta negra sobre la pantalla de 45 hilos que estamparía la prueba de una bolsa personalizada. Eso sería un jueves, ajetreado, pero totalmente satisfactorio como el resto de la semana.
La decisión la tomamos dos meses antes. En mi afán de descubrir cosas nuevas, curiosear y bucear en internet, La Platanera apareció en mi pantalla.
– ¡Qué bonito nombre! -pensé- y ¿qué hacen? … ¡Ala mira! ¡una residencia “Banana” de 5 días en Arousa! ¿Nos inscribimos?
– Vale
La inscripción la formalizamos en ese mismo momento tras un intercambio de emails. Contamos los días y horas hasta llegar al preciso instante en el que nuestra anfitriona abrió la puerta de la casa para recibirnos.
Una tipa alta (bueno, tomándome a mi como referencia…), – ¡por fin nos ponemos cara! – una sonrisa y, como buena gallega, afable y hospitalaria. Una bienvenida y saludo al resto de compañeros: Antía, Toni e Ileana que se convertirán en amigos 🙂
La casa, integrada en la isla. El lugar perfecto para nuestro cometido: disfrutar y compartir.
La habitación de entrada presidida por una ilustración preciosa de los que durante años moraran la casa, Chopo y su señora, abuelos de Andrea, retratados exquisitamente por María Herreros. Una cocina acogedora, 4 habitaciones perfectamente equipadas, un baño y un patio, que integra el taller y el jardín rendido a un hermoso limonero.
¡Estábamos preparados! ¡al fin juntos!.
Un picoteo de bienvenida al lado de la playa con el “continente” al fondo. Un paseo hasta el Parque Natural del Carreirón. Conversaciones de puesta en situación y un atardecer que baña de una luz cálida todo lo que encuentra a su alrededor.
Parece que el tiempo nos va a acompañar durante toda la semana.
– ¿Habéis pensado ya en lo que queréis serigrafiar?
Dudas y preguntas se apoderan de nuestra conversación. Yo, ni idea, seguro que esta tranquilidad me aporta información valiosa para desarrollar un proyecto diferente.
Ya en casa, recostada, dándole vueltas a la pregunta, encuentro la respuesta que plasmaré claramente durante el taller de serigrafía cerámica del martes y posteriormente en la estampación en papel y textil.
La idea de jugar con dobles sentidos y comida, se verá reforzada con las delicias que la isla (y las recomendaciones de Andrea) nos brindó de sin pedir casi nada a cambio. Unas sardinas y unos chicharrillos espectaculares, un bocadillo de pulpo que te mueres, las pizzas de Salva y sobre todo nuestra última comida juntos en la Isla mmmmmm, pura inspiración
El equipo se mantuvo unido y disfrutamos además del taller, de atardeceres en el faro, rituales, chapuzones de pies en aguas gélidas, risas, birras y momentos que solo se pueden vivir si lo haces con Andrea, Toni, Antía, Ileana y Britt.
¡Todo un placer señores! seguro que nuestros caminos se volverán a encontrar y sino, haremos por cruzarlos.